Me encantaría poder recordar la última conversación que tuve con mi padre, saber de qué hablamos, cuáles fueron sus últimas palabras antes de que me marchara aquel día de casa. Por supuesto, no sabía que nunca más le volvería a ver con vida.
Antes de eso, muchas veces me sentaba a su lado, y en ocasiones, mientras me contaba algo, yo cogía el móvil leyendo o mirando otras cosas, intentando estar pendiente de su conversación por un lado, y de mi búsqueda en internet por otra….algo que a él le molestaba muchísimo (con razón) y me decía enfadado….¡¡deja el móvil un rato!!
¡Cuánto siento hoy día aquella inconsciencia por mi parte y no haberle dado un buen acompañamiento, no sólo de presencia, si no de escucha y contacto real..! ¡Cuánto agradezco sin embargo recordar el último abrazo que nos dimos antes de que yo me fuera aquel día…!
Nuevas tecnologías y relaciones sociales
¿A quien no le ha pasado algo parecido? Un día, quedas con un amigo al que hace tiempo que no ves para tomar algo y saber de vuestras vidas. Pero al rato, te das cuenta de que tu acompañante pasa más de media conversación mirando el móvil, realmente estando más pendiente de la pantalla, que de la persona que tiene en frente.
Y es que no hay duda de que nos encontramos en una sociedad en la que estamos rodeados de nuevas tecnologías, hasta el punto de que pueden llegar a acaparar gran parte de nuestra atención. Si sales a la calle y miras a tu alrededor: una parada de autobús, una cafetería, un parque….podrás ver sin duda muchas personas mirando fijamente sus teléfonos móviles, pasando la pantalla hacia arriba y hacia abajo con el dedo, leyendo noticias, revisando redes sociales… Todos lo hemos hecho y lo hacemos. Está bien, es una fuente de información, una herramienta de comunicación, un apoyo...
El problema es cuando esa conducta se repite sin sentido….cuando pasado un rato te das cuenta de que estás leyendo algo que en el fondo no te interesa, o estas mirando las fotos de una persona a la que ni siquiera conoces (ni te interesa conocer), de que estás dejando pasar tus horas y tus días, y dejando de pasar maravillosas oportunidades de “estar” de verdad con aquellos a quienes quieres…
Sería interesante reflexionar sobre cuándo dejamos el verdadero sentido de las relaciones a un lado, y nos centramos más en unas relaciones virtuales…Cuando dejamos de apreciar la verdadera “presencia” de las otras personas...
Las visitas vacías de sentido
Hubo un tiempo en que trabajé en una residencia de personas mayores y me llamaba la atención familiares que iban los domingos a visitar a sus padres, abuelos, etc. Normalmente eran visitas de aproximadamente una hora en las que, el visitante simplemente se sentaba en la recepción del centro junto a su familiar, y pasaba la mayor parte del tiempo mirando el móvil, sin hablar, ni mirarse, ni llenar de amor ni cariño ese corto espacio de tiempo…
Una vez más (como me pasó a mi con mi padre), el gran problema llega cuando realizamos una visita a una persona que se encuentra sola en su casa o en su centro residencial, que no tienen facilidad para salir, y a parte del saludo inicial y un ¿qué tal? introductorio, el resto de la tarde transcurre sin más contenido, sin mayor sentido… y si es más pendientes del móvil que de aquel a quien visitamos, peor aún.
En muchas ocasiones no se es consciente de la gran importancia que tiene para esa persona nuestra visita, pues quizá es el único momento de la semana que tiene la oportunidad de ver a alguien, o de tener un momento de atención individualizado con alguien que realmente se preocupe de cómo está, de qué necesita, que lo lleve de paseo, que escuche sus historias…
Para ello no hace falta estar todo el rato conversando, o mostrando una atención excesiva, a veces simplemente basta con coger a la persona de la mano, con que sepa que estamos ahí, pero que estamos ahí de verdad… y que estamos realizando un acompañamiento con verdadero sentido.
El acompañamiento "con sentido".
El verbo acompañar procede del término latino cumpaniare, que significa “compartir el pan con alguien”, ¿podríamos decir entonces que “acompañar” puede ser simplemente el hecho de “estar cerca o al lado de alguien”? Si nos paramos a pensar en dicho término, sería conveniente aportarle algo más de relevancia, concluyendo que para “acompañar” es necesario compartir con esa persona algo más que un tiempo carente de contenido, que acompañar significa dar lo mejor de nuestra presencia…Pero, ¿qué significa realmente el estar “presentes”? En éste punto es muy interesante acercarnos al término ”mindfulness” que se podría decir que es “ser plenamente conscientes de lo que estamos haciendo”. Si aplicamos dicho término a las relaciones sociales, nos llevará por tanto a vivir el “aquí y ahora”, centrarnos en este momento, en la persona que tenemos en frente, en la situación que estamos viviendo y en la suerte de poder disfrutar de ese momento, dejando a un lado todo lo demás.
El verdadero “presente” del ser
La “presencia”, como su mismo nombre indica, hace referencia a la “circunstancia de estar presente, o de existir alguien o algo en un determinado lugar”. Si reflexionamos sobre esto, nos daremos cuenta de que tenemos personas cerca, muy importantes para nosotros, a las que realmente no le prestamos la suficiente atención cuando estamos con ellas, sin darnos cuenta de que esas personas, no estarán ahí eternamente.
Yo personalmente, obtuve un gran aprendizaje de aquella experiencia con mi padre, y no quería que se volviera a repetir. Mi abuela es una persona fundamental en mi vida, y no quería que algún día me pasara lo mismo con ella. Desde entonces y más que nunca, comprendí la importancia del momento presente, de que la felicidad se encuentra en las cosas más cotidianas como una conversación a la hora de comer, unas cosquillas en los pies, una canción o un rato de silencio al lado de alguien a quien quieres. Con ella, quise llenar de amor cada momento, quitarle importancia a cada discusión, y a despedirme siempre con gestos y palabras llenas de amor. Aprendí la importancia de estar verdaderamente presente, y supe absorber cada momento, cada detalle, cada palabra y cada abrazo. Y doy gracias cada día por ese despertar.
Porque aunque hay personas eternas, mi abuela se marchó…pero me quedé tan llena de ella, de su amor y de esos momentos llenos de sentido, que forma parte de mí y de cada rincón de mi vida…y hoy puedo decir, que soy feliz por ello.
Y es que, si lo pensamos bien, no hay regalo más valioso que las personas amadas, su ser y su presencia. Porque un regalo es precisamente “un presente”… Qué término más bonito…
El acompañamiento con sentido como lo dice es estar con ellos, vivir los momentos, dejar a un lado tus cosas cotidianas, acompañar esos momentos con mucho amor, respeto, y empatía, la comunicación el saber de sus inquietudes, el prestarle atención aunque cuenten una y otra vez la misma historia...esos últimos momentos no tiene precio, hay que saber valorarlos, para no arrepentirnos después "EN VIDA REGALARNOS Y APRENDER DE LA SABIDURÍA DE NUESTROS ADULTOS
Al leer el "acompañamiento con sentido" me he dado cuenta que realmente no estamos para las personas que queremos y que nos necesitan, porque estamos pendiente de algo que en nuestro día a día no nos sirve de nada,para las personas es algo agobiante el hablar y expresarte y que nadie te escuche, cuando voy a casa de mi abuela y me siento con ella, al llegar hablo un poco con ella pero siempre acabo mirando el móvil y muchísimas veces me a dicho que deje el móvil y que la escuche o incluso que para que voy a su casa si voy a estar con el móvil y realmente es así,dejo el móvil y a los 5 minutos lo…
El acompañamiento con sentido es algo más que estar al lado o en frente de una persona, sino es atender a lo que nos dice, prestarle atención, conversar con ella, acompañarle. Es muy importante sentirnos escuchados y atendidos por la persona que está con nosotros. Si hay ganas,esto se puede evitar e ignorar el telefóno móvil y las redes sociales y centrarnos con la persona que estamos ya que luego cuando no podamos estar con ella nos arrepentiremos de lo que pudimos evitar haber echo.
El acompañamiento con sentido , desde mi punto de vista se trata no solo hacer presencia , sino también estar prestando atención y escuchar activamente a la persona con la que estemos , es muy importante sentirte escuchado y que te comprendan , ya que si esto es al contrario una persona puede verse afectada emocionalmente incluso perder su autoestima .
creo que es algo complicado , ya que todos hoy en día sin querer llegamos a hacer esto , pero creo que no es imposible dejar un rato a un lado las tecnologías y centrarnos en lo que de verdad importa que son nuestros seres queridos .
Me ha parecido un blog muy interesante , al leerlo me a…
Ante este blog de una persona hablando y aconsejando de lo que significa la importancia de compartir momentos con personas importantes en nuestra vidas, nos damos cuenta lo mal que a veces estamos haciendo, por ejemplo no darle la atención a nuestros abuelos por estar pegado en las redes sociales o dejándolos solos, a nuestros padres respondiéndoles en voz alta. Pero siempre o normalmente esperamos a sentirnos o darle importancia a esta situación cuando nos pasa algo parecido a la persona que cuenta en el blog.
Es una pena no saber valorar lo que tenemos a nuestro lado cuando realmente hay que hacerlo y no cuando ya es tarde.