Cuidar a mi abuela ha sido la experiencia más bonita que he tenido en mi vida... ¡Tantas veces volvería a hacerlo, con el mismo o más amor aún si fuera posible…!!
¡Cuántas noches dormí a su lado cuando era pequeña! Cuántos guisos tan ricos nos preparó durante toda su vida... Cuántas noches de desvelos preocupada por todos sus hijos y nietos... Y es que el significado de su vida consistía en cuidar de su familia, y prestarnos todas las atenciones posibles.
Y como todo ciclo vital, las cosas van cambiando...los años no pasan en balde, y esa fuerza, energía y temperamento se fueron mermando poco a poco...
"¡¡Ay...!! ¡¡Con lo que yo he sido!!" Decía de vez en cuando, cuando sentía la gran dificultad que tenía para realizar alguna labor...
Poco a poco, fue surgiendo la necesidad de ayudarla cada vez en más cosas, pero yo siempre intentaba que, aun ayudándola, ella hiciera lo máximo posible por su cuenta, de forma que siguiera estando activa, motivada y con ganas de salir adelante.
Igual que ella lo hizo conmigo cuando yo era pequeña, cuidé lo mejor que pude de ella: hacerle la compra, llevarla al médico, ayudarla a cocinar, a bañarse...
Y aunque no siempre fue fácil, daría lo que fuera por seguir teniéndola en mi vida...llenándola de todo el cariño posible, haciéndola reír, cantando a su lado... o simplemente tumbándome en la cama, como cuando era niña, para acompañarla en silencio.
Tuve la gran fortuna de estar a su lado, de ser su nieta, pero también su confidente, su amiga... Sólo nosotras sabíamos el cariño tan profundo que sentíamos la una por la otra, que nos mantenía y siempre nos mantendrá tan unidas. Por su parte ella fué y será siempre, el amor de mi vida.
(Para todas las personas cuidadoras que, a pesar de las dificultades, dedican todo su esfuerzo, tiempo y cariño, a cuidar de sus familiares y hacer que su vida esté llena de sentido, dignidad y lo más importante....amor)
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